Cerrar un proyecto en el momento justo es una habilidad esencial para evitar desperdiciar recursos, prevenir el desgaste del equipo y mantener el enfoque en lo que realmente aporta valor.
Por qué es importante
- Evitar costos innecesarios: Proyectos prolongados sin razón consumen tiempo y dinero.
- Mantener la motivación: Evita la frustración y el agotamiento del equipo.
- Reforzar el liderazgo: Saber decir «hasta aquí» demuestra criterio y responsabilidad.
Señales de que es hora de cerrar
- Objetivos cumplidos o ya irrelevantes.
- Desalineación con la estrategia general.
- Costos superiores a los beneficios esperados.
- Resultados que no justifican seguir.
- Equipo desmotivado o en conflicto por el proyecto.
Obstáculos comunes
- Costo hundido: No querer parar por lo ya invertido.
- Orgullo: Miedo a reconocer que no funciona.
- Miedo al cambio: Incertidumbre sobre qué hacer después.
Superar estos bloqueos requiere promover una cultura de aprendizaje y adaptación.
Cómo cerrar bien un proyecto
- Analizar datos y resultados objetivamente.
- Comunicar con claridad las razones del cierre.
- Documentar aprendizajes para el futuro.
- Reconocer el esfuerzo del equipo.
- Planificar la transición y reasignar recursos.
Conclusión
Cerrar un proyecto no es un fracaso, sino una decisión estratégica para liberar tiempo y energía hacia iniciativas con más potencial. Hacerlo de forma consciente fortalece la organización y fomenta la mejora continua.
¡Nos vemos en próximas entradas!



































































































































































































































Deja un comentario