La música tiene efectos sobre quienes la escuchan, a nivel psicológico, emocional y físico. Favorece la producción de dopamina en el cerebro, la hormona encargada de controlar el estado de ánimo y que es capaz de provocar sentimientos diversos, que van desde la alegría, la euforia, la relajación o la excitación, a otros menos positivos, como la tristeza, el terror, la angustia o el dolor.
Por lo tanto, escuchar música en el trabajo aporta los siguientes beneficios:
- Reduce el estrés eliminando ruidos molestos como por ejemplo las voces de otras personas u otros sonidos propios de la oficina como impresoras, ruidos del teclado, teléfonos, etc.
- Fomenta la creatividad: la música mejora la cognición, el aprendizaje y la memoria y favorece así el desarrollo de ideas más innovadoras y creativas.
- Mejora el humor y la motivación de los trabajadores.
- Mejora la frecuencia cardíaca: cuando nos sometemos a actividades que generan mucho estrés, escuchar música instrumental de ritmo lento ayuda a normalizar la frecuencia cardíaca.
- Fortalece las relaciones personales: distintos estudios han podido determinar que escuchar una música suave en la oficina ayuda al fortalecimiento de los vínculos profesionales.
En definitiva, la música es una herramienta fundamental no solo para convertir el ambiente de oficina en un lugar más agradable sino, también para acompañar y motivar a los empleados en su día a día.
¡Nos vemos en próximas entradas!



































































































































































































































Deja un comentario